La presencia de palomas en nuestros edificios son un riesgo para nuestra salud, pero también para nuestras casas…
El excremento de las palomas al mezclarse con la lluvia, el aire y
varios contaminantes ambientales, empieza a deteriorar los materiales de
construcción, dado que favorecen el crecimiento de microflora que
produce ácidos y otros metabólicos que deterioran los materiales. Como
consecuencia de esta actividad metabólica, comienza a haber efectos
indeseables desde el punto de vista estético, ocasionando una
desintegración progresiva de los materiales, que con el tiempo afecta la
integridad de los revestimientos.
Los excrementos de paloma son corrosivos para la pintura y es conveniente sacarlos lo antes posible. El calor del sol, más fuerte en fechas próximas en verano, se extienden de manera microscópica reteniendo parte de esta temperatura, esto perjudica la conservación de la pintura. Asimismo, el contacto del excremento con el metal caliente contribuye a la evaporación del líquido. Ambas situaciones hacen que la pintura se vaya adaptando a la textura del excremento conforme se va secando. Dentro de la necesidad de retirarlo lo antes posible y evitar que las aves vuelvan a ensuciar.
Citando la restauradora Mainou: “El excremento de las palomas contiene compuestos químicos como nitratos, sulfatos y sulfitos, que sirven de medio de cultivo para el desarrollo de hongos y bacterias capaces de crear condiciones favorables para microorganismos que pueden vivir sin oxígeno (anaeróbicas), entren en función, deteriorando la pintura, los aplanados y la piedra.”
La insistencia de las aves, lejos de disminuir, se incrementa, sobre
todo cuando se aprovechan de la actividad humana (comida, cobijo y
temperatura). Cabe decir que las medidas de control poblacional, nunca
son instantáneas, al igual que la reacción adversa de los materiales
dejan una huella de futura degradación a corto, medio y largo plazo,
allí donde las aves han excretado, es por eso que les recomendamos tomen
medidas de protección de los puntos claves del edificio. De lo
contrario es muy probable, el proceso de envejecimiento y degradación
acelere en estos puntos.
Es fundamental intervenir antes de la época de cría, ya que de esta
forma se impide que la población estable aumente considerablemente y se
traduzca en soluciones más radicales.
Las soluciones deben ser siempre respetuosas con las aves, el medio
ambiente y los elementos de la edificación, integrándose en la
arquitectura de cada construcción.
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